La Custodia de los "Miclos"

Volver a Paris como por sexta vez en mi vida, me demostró lo cercano que en lo profundo me siento a su significado.

Paris, viene de la palabra latina Par-Isi, nombre con el cual se conocía a un grupo de refugiados en la Isla de Francia, exiliados del Mediterráneo, quienes eran adoradores de la Madre Divina en tiempos de la expansión Romana.

Par, significa Cerca, y el término Isi era como se conocía a la diosa madre del Mediterráneo: Isis, la diosa de la Sabiduría Egipcia.

Desde mis 12 años, en que comencé a recordar historias del Nilo, Isis se había convertido en una imagen muy cercana a mí, de la misma forma que para muchos en la historia. En la isla del río Sena de Galia, la actual Francia, se construyó el templo a la diosa, llamada Nuestra Señora.

Su imagen fue muy fuerte, por lo cual en el período romano se mantuvo presente, como referente en la Isla. Sin embargo, durante el período Cristiano, se destruyeron todos los templos antiguos para construir las iglesias y catedrales en los centros de mayor peregrinage pagano. Pero aún así, su nombre perduró, y Nuestra Señora de los Cercanos a Isis, sigue siendo un ícono para el mundo entero: Notre Dame de Paris.

En el 2012...

...durante nuestro viaje de Harwitum, Paris era el único destino cívico donde una Towei Lumbar, las Llaves frecuencias que estábamos entregando, quería ser entregada. La línea de la madre que comenzaba en Israel y finalizaba en Irlanda, nos llevó a depositar la llave número 21 a un lado de la Catedral de Notre Dame, en el Sena junto a las miles de llaves que yacen en el lecho del río bajo los puentes repletos de candados puestos por las parejas que se declaran amor eterno.

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Esta vez llegaba a París más relajado, y a saludar a Nuestra Señora y la Llave que habre su templo liberando el amor de la Sagrada Trinidad.

Pero nuestro destino en realidad, era la ciudad de Caen, en Normandía, donde nos sumaríamos a Arminda e Iranzu, que llegaban de España, para ir al encuentro de Lucía y Carine, quienes nos esperaban para realizar un camino de iniciación inesperado y alucinante.

Tras horas de perdernos una y otra vez en la ya nocturna ciudad de Ruen, donde siempre que queríamos salir volvíamos a cruzar por la misma rotonda en la misma Pizzeria, pudimos llegan a Caen conduciendo a las 3 am habiendo salido desde el Aeropuerto de Beauvais a las 21 hs... lo cual si miramos en el mapa la distancia, es un absurdo.

Sin embargo, lo logramos, y al día siguiente estábamos listos para nuestra iniciación.

La misma, se trataba de una caminata de 6 km de ida y 6 de vuelta a través de la marea baja del sur de La Manche, con un destino impresionante: Le Mont Saint Michel. 

Este monte es una pequeña isla que en marea alta se ve rodeada de mar y separada del continente, y en marea baja, se deja ver conectada al mismo por una capa de arena interminable a través de la cual debíamos caminar.

Dirigidos por un Guía de Turismo que vela por la vida de los caminantes, iniciamos nuestro peregrinaje. Antes de partir sus frases esperanzadoras fueron: "cuidado con las arenas movedizas, los rayos, la corriente que sube a 30 km por hora..." visto así, el hecho de que luego nada de eso suceda, hace del camino una experiencia inolvidable.

Nos contaban en la salida, que este camino lo realizaban en los inicios aquellos peregrinos que buscaban ser salvados, y decían que llegando descalzos por los arenales hasta la cima del Monte, el Arcángel Michelle (Miguel) les mostraba o el camino al Cielo o al Infierno.

A dichos peregrinos se los llamaba Miclós.

Existen en Europa tres grandes caminos de elevación espiritual: el Romano, el Jacobeo y el de Saint Michelle.

La isla es propia de un cuento de brujas, o de dragones y doncellas, de caballeros y magos, que se alza hacia el cielo mágicamente con una enorme catedral que en su punta sostiene una enorme estatua del Arcángel de 3 metros. El sitio, dicen, fue construido como un centro de poder que une el Cielo con la Tierra, donde la gente podía ir a conectarse con las puertas del Cielo, y pedir la protección de Miguel. Era en sí un lugar de iniciación.

Los pies fríos y sucios nos permitieron llegar hasta la cima, y los 12 km fueron una perfecta renovación de energías. el problema fue, que no teníamos tiempo de permanecer más de 15 minutos arriba, con lo cual no pudimos disfrutar de una gran conexión en la cima, sino en los aguaceros.

Al día siguiente...

...solo Arminda, Vane y yo volvimos. El Monte relaciona su poder espiritual a la presencia histórica del Mago Merlín en la zona, con lo cual, Arminda y yo teníamos mucho que agradecerle allí desde el apoyo etérico recibido en la Antártida el 21 de Diciembre de 2012.

Leer el EPISODIO de la Antártida de Harwitum 2012

Temprano en la mañana subimos hacia la catedral. Al ingresar, estaba llena de turistas, y sin siquiera ponernos de acuerdo, con Arminda, escapando del bullicio nos dirigimos al final, por el lado trasero de la cúpula, donde en uno de los ábsides se encontraba la Sacristía. Avancé entre algunos pocos turistas, y me senté frente a ella, bajo el nexo de los arcos que formaban la pequeña sala. al principio no podía sentir nada, hasta que supe que debía encontrar la frecuencia del lugar, ponerme yo en su frecuencia, y así poder activar la información y reconocerla.

empecé con un suave OM, que de sonidos nasales fue transformándose en vocales. Ninguna resonaba, hasta que llegué a la Y, con tonalidad francesa.

Uno puede saber la frecuencia de un lugar dejándose llevar por sonidos que surgen de sus interior. si los mismos se pierden o discipan, es que no resuenan en el espacio a su alrededor. pero si retumban como un eco, haciendo vibrar hasta sus espaldas como si el sonido los envolviera, significa que todo el entorno está cargado de esa frecuencia.

Mis sonidos, comenzaron a transformarse suavemente en canciones, muchas de las cuales fueron cada vez más fuertes, en francés, y con cierto aire gregoriano.

Mi cuerpo comenzó a revalzar de energía, moviéndose por sí solo. De repente, sólo se escuchaban mis cantos, no había voces, ni sonidos de cámaras, y un enorme silencio se apoderó de todo. Un suave luz me iluminó haciéndome saber que debía terminar. Al ponerme de pie, y quedarme en silencio, una gran presión en mis manos me hizo arrodillarme ante la Sacristía, y al unísono, un suave flauta comenzó a entonar bellos y dulces armónicos que invadieron todo el espacio. Pongo mis manos en el frío suelo, y observo entre mis manos rombos de color verde, símbolo del Alto Corazón, de la Incondicionalidad, y asus lados más rombos con 4 flores de Liz cada uno. Las 4 direcciones de la Flor que conecta el mundo, la Trinidad y los emblemas que Francia y los guardianes de Nuestra Señora han entregado al mundo.... Sonrío, y al levantar mi mirada, me asombro al ver bajo la sacristía, a mi altura, 4 grandes Arañas. 

La Red se hacía presente de la forma en que tanto había estado hablándola en los últimos meses.

la Luz vuelve a aparecer, y calienta a mi alrededor, y de entre ella, un ser hermoso que me entrega un mensaje que es para todos los que comenzarán con este cambio frecuencial de las catedrales:

"Sin temor, mas con Amor, verán la unión de las Verdades. No teman a ser expulsados de los templos, pues si es su canto de amor, con amor será recibido"

Tras entregar una bella energía que me infundó confianza y protección, al darme vuelta, detrás mío sólo estaban Vane y Arminda sentadas en el único banco de la sacristía. Detrás, no había nadie. Al mirar, en otro ábside se encontraba una joven monja vestida de blanco, tocando dulcemente la flauta que llenaba la iglesia. Monjes de blanco estaban orando bajo la cúpula en la misa, y los turistas, sentados en silencio separados de este sector por cordones gruesos de felpa, todos en un silencio pleno.

Arminda me explicó, que durante mis cantos, dos monjas se sentaron en el banco a escuchar y verme. Una llevaba la flauta, la otra era mayor, pero atenta escuchó, y luego hizo retirar a todos los turistas dejándonos sólo a nosotros 3, respetándonos. Solo los monjes y monjas y nosotros, tuvimos el permiso de estar allí durante la misa.

Lo que me habían dicho en el mensaje de la Sacristía, se había comprovado en ese mismo instante. La Luz y La Oscuridad, son dos caras de la misma moneda: una es la transformación y la otra el sistema. La una necesita de la otra, y el borde de la moneda es la Incondicionalidad y el respeto por la labor de la otra.

El mensaje del Arcángel Miguel no fue de Luz, ni fue de Oscuridad, fue de reconocimiento del Ser: Yo soy La Luz de la cual se proyecta una Sombra, yo soy la Sombra, y debo guiarme en mi luz, para que las formas de oscuridad no me confundan en lo que soy. Ser un Guerrero de la Luz es reconocer que la sombra es aquello que no comprendmos de nosotros, y que la lucha es lograr que las mismas no distorcionen el camino de los otros ni el propio.

Por lo tanto, si respetamos los sitemas que creemos oscuros, y les cantamos desde el interior con amor y respeto, ellos podrán recibir y compartir ese amor y respeto y devolverlo transformado.

Volvimos corriendo, pues habíamos perdido la noción del tiempo, y sólo faltaba una hora para mi primer charla en Francia, en Caen, y teníamos aún una hora de camino.

Llegamos perfecto, y fue una charla de la cual disfruté mucho. Lucía, nuestra guía por el norte de Francia y organizadora de la charla, hizo una genial interpretación en francés, la cual pronto subiremos a la web. 

Los Miclós, desde aquí, se iban plenos, con recuerdos hermosos de la Normandía, camino a Holanda, donde nos esperaba un encuentro gratificante y duro con el Plexo de Europa.